El uso de plástico para embalaje está suscitando una atención creciente en la escena pública. Llevamos impresas en nuestras mentes las imágenes de los océanos llenos de basura. Por ello, la industria del embalaje debe apoyar activamente la lucha contra la contaminación y el vertido intencional de residuos al mar. Además, debe centrar su discurso en demostrar que un empaquetado correcto puede tener un impacto positivo sobre el medio ambiente:
"Parece absurdo un pepino envasado herméticamente que además resulta difícil desembalar si deseo comerlo. ¿Por qué los pimientos, zanahorias y otras hortalizas se envuelven a menudo en plástico? El envasado puede parecer innecesario a primera vista, pero tiene una función: permite que las hortalizas se mantengan frescas y deliciosas por un período de tiempo más largo".
Las hortalizas no van directamente del campo al plato a menos que disponga de huerto propio o que compre a un agricultor local. Tras la cosecha, transcurre un periodo de tiempo desde que las hortalizas llegan a la tienda y de allí a la cesta de su compra y finalmente a su plato.
Las hortalizas deben embalarse durante su transporte. De esta forma, están protegidas y se mantienen frescas. Al empaquetarlas, se regula el nivel de oxígeno y se reduce su deshidratación, evitándose así su deterioro. Las hortalizas envasadas pueden durar hasta tres veces más que los productos sin embalar.
Un envase genera residuos y durante su producción, consume energía. No obstante, el envasado de alimentos es en general más respetuoso con el medio ambiente. Investigadores de la Universidad de Wageningen han indagado sobre ello: al envasar, se reducen las pérdidas tanto en el campo, como en la tienda u hogar.
Al desecharse menos verduras, no es necesario aumentar la producción por lo que hay menos transporte entre los productores y las tiendas; lo que conlleva un ahorro considerable de energía y materias primas".[1]
Los envases de plástico sólo se convierten en un problema si se tiran en el medio ambiente. Las posibilidades de que esto suceda con las pajitas de beber de las cadenas de comida rápida y las botellas de PET son considerables. Sin embargo, en el caso del envasado de frutas y hortalizas, esto no suele ser el caso. Estos envases se abren en las casas de los consumidores y se desechan de inmediato en el contenedor de basura (residuos plásticos). Los residuos plásticos se pueden reciclar y reutilizar pues constituyen valiosas materias primas, lo que genera una menor huella de carbono.
Después de un entusiasmo inicial, parece que el uso de plásticos biodegradables para resolver el problema de los desechos ha demostrado tener sus limitaciones, ya que a veces son poco reciclables y pueden causar problemas cuando se depositan sin control. La mejor solución es, por lo tanto, el reciclaje de los residuos. Aquí también, la Universidad de Wageningen ha realizado una extensa investigación.
BRIMAPACK desarrolla y produce maquinaria para el envasado que ayuda a reducir el desperdicio de alimentos y, por lo tanto, el impacto ambiental de la cadena alimentaria. El método de embalaje de BrimaPack contribuye directamente a reducir la cantidad de residuos en comparación con otros sistemas de envasado convencionales.
La biomasa está compuesta de materias primas de origen biológico, como el azúcar o el almidón de la patata. La ventaja de la biomasa es que la materia prima es sostenible porque no se utilizan recursos fósiles. El plástico de base biológica tiene las mismas propiedades mecánicas y químicas que la variante fósil y, por lo tanto, se puede reciclar de la misma manera.[3] Actualmente, BrimaPack está desarrollando una biopelícula para el envasado de hortalizas. Cuando se utiliza una película de embalaje hecha, por ejemplo, con un 50% de bioplástico, el producto final es un embalaje neutro desde el punto de vista del CO2.[4]
BrimaPack utiliza CPP totalmente reciclable. Desde un punto de vista ecológico, el reciclaje es la estrategia que más ayuda a reducir el impacto ambiental. Sin embargo, los materiales biodegradables también resultan interesantes.
BrimaPack puede fabricar películas de CPP degradables con OXO con las mismas propiedades mecánicas y de extensión de la vida útil que los films de CPP actual. Bajo la influencia del oxígeno, la humedad y el calor, este material se descompone y sobrevive menos tiempo en el medio ambiente. Este film puede ser reciclado o compostado industrialmente. No es adecuado para el compostaje doméstico.
El uso de films compostables (caseros) también es posible con las máquinas BrimaPack. Sin embargo, son menos efectivos con respecto a su reciclaje, limitación del grosor y extensión de la vida útil. Con este film, el compostaje se puede hacer a través del contenedor de basura "verde". Por lo tanto, debe indicarse claramente en la lámina que es compostable y que no debe depositarse en los contenedores de residuos plásticos. Una desventaja de la película compostable es que es aproximadamente 2,5 veces más cara que las películas convencionales.
Para más Información, contáctenos: Tel. +31 (0) 315 640 731 o mándenos un correo a sales@brimapack.com
[1] Fuente: https://www.voedingscentrum.nl/nl/thema-s/dewaarheidoptafel/groente-en-fruit/verpakking-vervuilend.aspx
[2] Fuente: Case study M&S UK